HISTORIA DE LA SANGRE: ECTOPLASMAS — Bárbara Díaz Tapia

Por: Elizabeth Robles 2010

Recorrer las líneas y entre líneas entrar en contacto con el mundo que encarna desde la yema de sus dedos, me lleva a preguntarme, ¿de cuál de los órganos de Bárbara Díaz Tapia, nos son lanzados sus dibujos?, ¿de dónde viene la luz que captura sus colores, y qué mecanismo de visión nocturna estructura sus transparencias? Lo más íntimo y propio puede a su vez ser lo más extraño en estas configuraciones de ectoplasmas. Los contrastes en sus dibujos a plumilla condensan lo difuso. En su tinta acuosa, Calamar y Calamares, se mueven en líneas paralelas o cruzadas. Desde lo traslucido a las oscuridades van y vienen ángulos y curvas onduladas. Díaz Tapia instrumenta la superficie que levanta en soplo la forma.

Cada mancha y sombra se torna en animal plural, en género híbrido, en aire y temperatura.

Nacido: estalla potencialmente la multiplicidad de formas. Cuando el color toma escena, abre las aletas el espacio dispuesto al movimiento. El color los vemos en volumen vibratorio. Ondas se nos ofrece como soporte sonoro, la repetición de líneas y sus leves desviaciones connotan la corporeidad sutil en ritmos. Ectoplasma muestra cómo en desplazamiento y conexión el color se entrelaza al tejido extendido de su brazo. Va calando, trazo a trazo, el bosque en laberinto, y en cada grafía su pulso nos lleva al borde. Su propuesta es rebasar los límites.